Refugio antiaéreo Alcañiz
Sin duda el episodio más aterrador y sanguinario de la historia de la ciudad de Alcañiz sucedió un 3 de marzo de 1938 durante la Guerra Civil Española. Esta fecha, marcada en negro en el calendario, se conoce como el bombardeo olvidado porque no transcendió hasta hace pocos años.
Alcañiz, durante la guerra, contó con unos 40 refugios antiaéreos, unos construidos expresamente y otros realizados en bodegas para recogerse de posibles ataques. Entre las calles Teniente Moore y Santo Domingo se puede visitar uno de ellos, donde se pueden comprobar las penosas condiciones que pasarían quienes se refugiasen allí. El mismo tiene dos entradas, una por cada de las mencionadas calles, con una estructura alargada de dos metros de ancho por casi dos metros de alto. Éste en concreto no poseía ni respiradero ni luz artificial. En la entrada principal se conserva parte de la inscripción originaria donde se puede ver el número de refugio y su capacidad, en este caso 230 ocupantes.
Ese 3 de marzo de 1938, tres escuadrillas de la aviación legionaria italiana descargaron bombas de 50 y 100 kg sobre la población civil alcañizana. Ese día el terror cubrió por completo la capital bajoaragonesa con tan mala suerte que no funcionaron los avisos y las sirenas no sonaron, tal y como debía haber sucedido. El horror no duró ni dos minutos pero dejó una estampa terrible, cobrándose la vida de centenares de personas dejando rotas a muchas familias y el pueblo muy dañado. El objetivo de la aviación italiana no era otro que amedrentar al pueblo y causar el pánico y se cumplió por completo, hasta tal punto que el daño inflingido no transcendió por ninguno de los dos bandos. De los damnificados por miedo a nuevas represarias y porque no había medios internacionales que cubrieran la noticia y de los atacantes por la crueldad que no debía ser reconocida. De ahí surgió el seudónimo de bombardeo olvidado ya que, por ejemplo, el bombardeo de Guernika sí recorrió los medios foráneos y fue ampliamente documentado. El famoso cuadro de Picasso no ha hecho más que proferirle más notoriedad si cabe. En el de Guernika murieron de 120 a 300 personas, mientras que en el de Alcañiz los muertos, que tampoco se contabilizaron con exactitud, superarían dichas cifras según el historiador José María Maldonado.
En el espacio habilitado se puede conocer, a través de un audiovisual, más en detalle toda la historia y testimonios de aquellas personas que quisieron hablar muchos años más tarde de este bombardeo silenciado.