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Aguaviva

Aguaviva

Aguaviva es la puerta del Bajo Aragón al Maestrazgo por la zona de Castellón. Como su nombre indica, por su término municipal discurren dos ríos que forman parte de la vida cotidiana de sus vecinos: el Guadalope y el Bergantes.

La localidad vivió la reconquista por Alfonso II de Aragón en el año 1169, pasando a formar parte de la Encomienda de Castellote. No será hasta el siglo XVII cuando se independice de La Ginebrosa, a la que pertenecía siendo un barrio de esta localidad. De este modo quedará como corregimiento de Alcañiz.

El edificio más importante de Aguaviva es la Iglesia de San Lorenzo, de estilo barroco y construida en el siglo XVII sobre otra anterior de estilo gótico. De la misma destacamos la torre campanario, la Capilla del Misterio y las dos portadas de acceso. Otro edificio de corte religioso aunque adaptado como espacio cultural del municipio es la ermita de Santa Bárbara. A pesar de su aspecto exterior dentro de la misma nos encontraremos toda una obra de diseño al mezclar los aniguos restos de la ermita y el vanguardismo de la reforma que fortalece el contraste. También es destacable la Casa Mir, ejemplo de palacete renacentista del cual sobresale su tejado. La fuente y el lavadero son otros de los puntos de interés en este recorrido por la localidad. Alejándonos ya del núcleo urbano podemos visitar la nevera, una construcción del siglo XVII que se utilizó para conseguir nieve y hielo hasta el siglo XIX o el molino harinero, otra infraestructura esencial para la subsistencia del pueblo. Por último podemos llegar al puente de las Cananillas y disfrutar del bello paraje natural que se forma en el río Bergantes por la erosión de la piedra a su paso y con sus aguas cristalinas.

Las fiestas patronales se celebran entre el 15 y el 19 de agosto. Y en este mismo mes se conmemora el Santísimo Misterio: en el año 1475 la iglesia sufrió un incendio destruyendo todos su bienes excepto el Lignum Crucis. Después del incendio el párroco dejó a un niño en la puerta custodiando la misma para que no entrara nadie porque debía ir a recibir al párroco de La Ginebrosa. A pesar de ello tres hombres vestidos de blanco, a quienes se considera que eran San Pedro, San Pablo y San Lorenzo, entraron a la misma salvando Tres Formas Sagradas del incendio. A partir de entonces se creó la tradición de teñir el suelo de alfombras de colores. Ésta se recuperó con los años y, a día de hoy, se realizan con serrín teñido cubriendo gran parte de las calles de Aguaviva, que posteriormente recorre la procesión y borra sus espectaculares motivos.