Belmonte de San José deriva de “Bellus Mons”, que primero tuvo por apellido del Mezquín y finalmente se quedó con el actual San José. La localidad como otras del Bajo Aragón fue donada a la orden de los Calatravos por Alfonso II. En el año 1232 se produce una de las efemérides más importantes de la población porque consigue su Carta Puebla, fecha que los vecinos rememoran con una gran fiesta y una recreación histórica que atrae a numerosos visitantes y vecinos ausentes. Sin embargo no es hasta 1338 cuando consigue el título de Villa.
Belmonte es una localidad que destaca por la belleza de sus calles con encanto. Su casco urbano procedente de la época romana poseía un antiguo recinto amurallado del siglo XVIII. El mismo tenía numerosos accesos o puertas que hoy en día todavía se conservan y que engalanan la entrada a sus variados rincones.
Entre su patrimonio más destacado encontramos la iglesia parroquial dedicada al Salvador, prominente edificio del siglo XVIII del que destaca el órgano original que se halla en el interior. También llama especialmente la atención la Casa Consistorial, edificio de tres plantas que alberga la lonja y la antigua cárcel. La Lonja se conforma de dos arcos rebajados por los que entra la luz a un espacio para el mercadeo y para los juegos de pelota. Por su parte a la cárcel se accede por un antigua puerta cerrada a cal y canto por un robusto cerrojo. La misma tiene unos 6 m2 y todavía conserva los grilletes de la época.
Varias casas solariegas son conocidas en Belmonte por su historia y por su tradición, como la Casa de los Bosque o la Casa Membrado, perteneciente al que fuere impulsor y creador de la sociedad fomento del Bajo Aragón.
Esta riqueza patrimonial no acaba aquí si no que podemos sumar obras arquitectónicas como la enorme nevera de los Calatravos, una de las más importantes de todo Aragón por sus dimensiones y buena conservación, los restos del molino aceitero de la Pedrera o lo antigua tejería. Si no nos queremos perder nada de la localidad, finalizaremos la visita por el pueblo en la Casa Redonda y la Torreta de los Cándidos.
Además Belmonte cuenta con varias ermitas entre las que destacan la de San José o el conjunto agrupado en torno al Calvario. Ya para los amantes de la naturaleza y el senderismo podremos realizar una travesía y comprobar el espectacular paisaje del entorno en el Barranc Fondo, apto para novatos en este tipo de andadas.