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Alcañiz

Alcañiz

La ciudad de Alcañiz, capital del Bajo Aragón, se erige sobre la fortificación del Castillo Calatravo asentada en el cerro Pui Pinos; a sus pies el río Guadalope dibuja un meandro que rodea parte de la misma.

En el año 1157, tras la reconquista, Ramón Berenguer IV otorga la carta puebla a la ciudad y en 1179 Alfonso II dona a la Orden de Calatrava un amplio territorio de la región.

Sin embargo sus primeros moradores tienen lugar mucho antes. Muestra de ello son las pinturas rupestres halladas de Val del Charco del Agua Amarga y que son patrimonio de la humanidad declaradas por la Unesco. Alcañiz posee también varios asentamientos o poblados íberos como El Palao, el Taratrato y la necrópolis de El Cascarujo.

Entre sus monumentos más destacados se encuentra el Castillo Calatravo, castillo-convento del románico con diversas ampliaciones, con lugares muy preciados como la Torre del Homenaje, el claustro o el sepulcro de Don Juan de Lanuza, entre otros.

En la Plaza de España encontramos un conjunto arquitectónico de una gran belleza, con la casa consistorial de estilo románico y la lonja gótica, lugar de encuentro y mercadeo. Frente a ellos la iglesia de Santa María la Mayor, excolegiata barroca por no ser Alcañiz capital de provincia y que posee unas dimensiones propias de una catedral.

Bajo la calle Mayor y la plaza se sitúa una bodega y una nevera que forman parte del conjunto de unos posibles pasadizos, que conectaron las zonas más importantes de la ciudad para la huida en épocas de contienda. Si tomamos rumbo por la Calle Mayor nos adentraremos en el casco antiguo de la ciudad y podremos divisar importantes palacetes como la Casa Maynar, actual sede de la comarca del Bajo Aragón, la Casa Ardid, que alberga la biblioteca, o la Casa Julve, actual Liceo. Transcurrida la vertiginosa Calle Mayor daremos con el río Guadalope y los torreones, que forman parte de la antigua muralla que custodiaba la ciudad.

También en la parte del casco antiguo, en el barrio de los Almudines, podemos acceder a uno de los refugios antiaéreos que conserva la ciudad tras los bombardeos acaecidos el 3 de marzo de 1938.

Alcañiz es sinónimo de historia y de Concordia, pues en 1412 los representantes de la Generalidad de Aragón se reunieron en Alcañiz para nombrar al sucesor de Martín I de Aragón tras su muerte sin heredero. Aquí establecieron un protocolo para elegir rey que se sellaría en el Compromiso de Caspe. De ahí la denominación como ciudad de la Concordia.

Los alcañizanos tienen varias citas ineludibles durante al año, la primera de ellas la Semana Santa, que rinde culto al tambor y sus procesiones formando parte de uno de los pueblos de Ruta del Tambor y del Bombo. El 23 de abril, día de Aragón, se conmemora la representación del Vencimiento del Dragón. Las fiestas patronales en honor a la Virgen Nuestra Señora de los Pueyos y el Santo Ángel Custodio se celebran del 8 al 13 de septiembre. También en septiembre se celebra el Gran Premio de Moto GP en MotorLand, herencia viva de las carreras de Alcañiz que durante años se disputaron en el Circuito Guadalope, un circuito urbano y que recorría gran parte de las calles de la ciudad.