Seno debe su nombre al dueño de un antigua propiedad rural romana, procede del término "Senus". Los primeros hallazgos encontrados son un conjunto minero metalúrgico de época íbera así como la villa romana, hallada en la partida de la fuente de Salz.
Tras la reconquista, Alfonso II donó estos territorios a la orden del Temple y posteriormente a la Orden de San Juan, pertenecientes a la Encomienda de Castellote. No conseguirá tras varias disputas el título de villa hasta el reinado de Carlos V en el año 1789.
Los edificios más representativos de Seno los encontramos en la plaza del pueblo, son la Iglesia Parroquial de Santa Elena y la Casa Consistorial.
La iglesia se construyó entre los años 1763 y 1771 como se ve en la inscripción de la entrada, aunque previamente se realizó sobre una inicial que pudo ser construida en 1650 y, a su vez esta última puede tener una previa cuyo origen se remontaría a la época medieval. Fabricada en mampostería y piedra sillar cobran un especial interés las pinturas murales del presbiterio que representan a las ocho mujeres del Antiguo Testamento y Santa Elena. También es destacable la cúpula del Espíritu Santo.
De planta rectangular y tres naves de igual altura presenta un espacio abierto y unitario considerado pilarista por su semejanza a la Basílica del Pilar de Zaragoza. La misma se cubre con bóveda de cañón con lunetos a excepción de dos tramos que lo hacen mediante una bóveda de arista y el otro con cúpula con pechinas. Posee además coro a los pies.
Por su parte la Casa Consistorial muestra una típica lonja formada por dos arcos de medio punto como en otras casas consistoriales de la comarca. Ésta servía para jugar a la pelota y como tal ejercía las funciones del trinquete.
También nos podemos acercar en esta visita a Seno a la ermita de San Valero con una leyenda muy particular. En este lugar, según se cuenta, San Valero consiguió hacer brotar agua con su cayado. Este prodigioso acontecimiento ha provisto de agua a la localidad, la cual es utilizada para riego y para otros menesteres conducida por una pequeña canal hasta llegar al municipio. Le ermita se construyó en el año 1700, la misma tiene pequeñas dimensiones, con un arco de medio punto con dovelas en su acceso y un tejado a dos aguas.
No dejando de lado el misticismo podemos llegar hasta el paraje de los fantasmas, un conjunto de montañas de origen volcánico y color rojizo que llaman especialmente la atención. La leyenda reza que en las noches de luna las montañas parecen cobrar vida como varios monjes agrupados de aspecto fantasmal. Solo aquellos que lo han visto pueden dar testimonio del fenómeno.