De entre los cinco municipios del Matarraña declarados Conjunto de Interés Cultural, se encuentra La Fresneda. Esta localidad fue construida en torno al antiguo castillo, cuyos restos se ubican en la parte alta de la población junto a la iglesia parroquial.
La plaza Mayor de La Fresneda es uno de los núcleos con más belleza de la localidad. En sus esquinas confluyen portales y fachadas que hacen visible la presencia de las construcciones de los siglos XVII y XVIII. Las casas palaciegas están construidas con sillería, grandes portadas y soportales de arcos de medio punto. El ayuntamiento es el edificio más imponente de este conjunto, al que también da acceso la calle Mayor. La piedra sillar es de nuevo protagonista del emblemático edificio ornamentado con relieves y gárgolas. Los arcos de medio punto se abren tanto en las portadas como en una galería de ventanas superior. El edificio está coronado por dos pequeñas torres cilíndricas.
Frente a la casa consistorial se encuentra el portal o arco de Xifré, uno de los antiguos accesos a la población definido por un arco de medio punto y unos motivos cruciformes de perfil curvo similares a los de la parte superior del ayuntamiento. Este portal perteneció a la antigua muralla de La Fresneda.
En la parte superior de la población y junto a los restos del antiguo castillo calatravo se encuentra la iglesia de Santa María la Mayor, que al igual que muchos templos del territorio, se levantó en dos etapas constructivas. Actualmente, cuenta con tres naves de igual altura y una torre hexagonal coronada por un elemento “herreriano” compuesto por un elemento piramidal y una bola.
Uno de los lugares más importantes para cualquier fresnedino es el Santuario de la Virgen de Gracia, coloquialmente conocido como El Convent. Este convento de frailes Mínimos, que se encuentra derruido en su interior, pero que conserva prácticamente por completo su originaria fachada está vinculado a la aparición de la Virgen. La primera etapa de su construcción contempló una pequeña ermita en una cueva natural que posteriormente se acabó convirtiendo en un convento de grandes dimensiones. Todavía hoy los vecinos de La Fresneda realizan la romería y celebración de este acto año tras año, en el emblemático edificio que fue declarado Bien de Interés Cultural en 1982.