La Fresneda_Ermitas
Un lugar mágico de La Fresneda es el Santuario de la Virgen de Gracia, conocido popularmente como El Convent de la Mare de Déu de Gràcia. Los restos de este impresionante edificio estremecen a cualquiera que se acerque a visitarlo.
Ubicado a unos 4 kilómetros de la localidad, se encuentra este convento cuya construcción se asocia a la aparición de la Virgen a una pastorcita de la localidad vecina de Valjunquera. Queriendo honrar a la Virgen, La Fresneda decidió construir una pequeña ermita en una cueva que, más tarde, la orden de los Mínimos de San Francisco de Paula convirtieron en un gran convento. Los religiosos no llegaron a instalarse de forma permanente en el santuario y comenzaron a construir un nuevo convento en La Fresneda, conocido como El Convent, pero si se encargaban de su mantenimiento y en 1795 construyeron el santuario actual. La gran fachada, está presidida por una imagen de la Virgen y fue declarada Bien de Interés Cultural en 1982.
De la parte alta de La Fresneda destacan dos construcciones: el castillo y la ermita de Santa Bárbara. En dos colinas paralelas se erigen estos dos edificios que tuvieron en el tiempo una gran importancia para la villa.
Los restos del castillo se pueden observar en la parte alta de la población. De hecho, el torreón todavía sigue en pie, aunque bastante maltrecho. Esta es la parte más visible desde las afueras de la localidad. De origen árabe, este castillo fortaleza fue la residencia habitual del comendador de la orden de Calatrava hasta que pasase a ser la casa de la Encomienda en las inmediaciones de la localidad: así lo demuestra un escudo de este órgano eclesiástico y de diferentes comendadores en la fachada principal. Aunque los restos son escasos, el conjunto habría estado coronado por una superficie almenada.
La ermita de Santa Bárbara se erigió en lo alto de una colina paralela al castillo. Su ubicación proporciona unas magníficas vistas del Matarraña, así como de preciosos amaneceres y atardeceres. El edificio como tal, ha sufrido múltiples estragos en el tiempo. A pesar de sus intentos de reconstrucción en varias ocasiones, la ermita sigue en ruinas a día de hoy: tan solo se conservan sus muros.