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Torre de Arcas

Torre de Arcas

Del sur del Matarraña colindante con Castellón, Torre de Arcas es otra de las localidades que perteneció a Monroyo, el mayor núcleo urbano de esta zona del Matarraña. A pesar de su escasa demografía, el centro de la población conserva un rico patrimonio monumental destacado, como en muchos otros municipios de la zona, por la torre de su iglesia.

La parroquia de Torre de Arcas se consagró a San Bernardo. Un edificio robusto y con un gran cuerpo que pertenece al estilo renacentista-barroco y que cuenta con una torre construida en piedra sillar  con varios vanos en los que se alojan las campanas.

A continuación del templo, se edificó un alojamiento para el uso del vicario. El ayuntamiento es otro de los edificios notorios de Torre de Arcas. Como en muchas localidades de la zona, la parte baja del edificio está adornada por un pórtico o lonja formada por robustos sillares.

En esta construcción se ubica la antigua cárcel, que data de 1791. Solamente una pequeña ventana con una reja de forja daba acceso al exterior a los presos que la ocupaban. El  cerrojo original todavía se puede observar en la puerta de entrada a la sala que forma parte de la Ruta de las Cárceles a la que pertenecen otras muchas del Matarraña. Los calabozos de la zona destacan por ser sombrías y pequeñas habitaciones en las que mantenían por años a aquellos penados por la jurisdicción penal o por los propios ayuntamientos.

En el casco urbano de la localidad también se puede descubrir una casa señorial de notorio interés. La casa Manolet perteneció a una de las familias más adineradas o con poder de Torre de Arcas. La familia se acabó arruinando debido a la enfermedad que padeció durante años el señor de la casa. Finalmente, la edificación se adquirió por el ayuntamiento y se convirtió en un alojamiento turístico en 2006.

Uno de los rincones con mayor interés de Torre de Arcas es el antiguo horno de pan de uso comunal. De origen medieval, el uso de este horno se extendió hasta hace unas décadas bajo el uso de los panaderos o encargados de gestionar la cocción, aunque la elaboración se llevase a cabo por cada familia y también estas fuesen las responsables de todos los materiales o ingredientes necesarios para la elaboración y cocción. A día de hoy, el lugar todavía conserva el suelo original empedrado y está cubierto por varios arcos de diafragma que recogen citas  turísticas y culturales.