Torre de Arcas_Ermita

La tradición popular del Matarraña se consolida con las romerías a las ermitas que salpican el territorio comarcal. Casi cada municipio, además de contar con la iglesia de la localidad, cuenta con una ermita ubicada a escasos kilómetros del centro urbano a la que guarda devoción.

El caso de Torre de Arcas se vincula estrechamente con la ermita de San Bernardo, muy próxima a la población y escondida entre pinos y encinas. Los vecinos de la localidad siguen la tradición de acudir al lugar durante sus fiestas mayores. El edificio pasó por varias etapas constructivas a lo largo de los años. De hecho, comenzó siendo una capilla, según afirman las referencias documentales de 1324. Pero más tarde, concretamente a finales del siglo XVIII, comenzó la construcción actual que le otorga un estilo barroco tardío.

Uno de sus elementos más característicos es su planta octogonal alargada que se refleja en una sola nave central cubierta por una gran cúpula y seis capillas laterales.  El exterior está realizado en piedra de sillar y mampostería cuya fachada destaca por el gran arco de medio punto que abre acceso a la cúpula.

En su interior se conservan algunos de los elementos arquitectónicos de mayor valor. En la cúpula se conservan murales datados de 1847, los únicos que se conservaron durante la Guerra Civil en la que se destruyó gran parte de la imaginería y de las pinturas de la ermita.