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La Ginebrosa

La Ginebrosa

El nombre de La Ginebrosa procede del término “ginebre”, enebro en catalán. Los primeros restos encontrados pertenecerán al poblado ibérico del Monte Catma. Tras la reconquista, Alfonso II donará este municipio a la orden de San Juan y en 1291 conseguirá la Carta Puebla.

 

El casco sobre el que se asienta el núcleo urbano de La Ginebrosa formaba parte de un recinto amurallado con cinco puertas o entradas; actualmente solo se conserva una. La población está situada sobre en una colina, de ahí las pendientes de sus calles que forman una estructura medieval con numerosos arcos y pasadizos. En la localidad existe un centro de interpretación para conocer la configuración del casco urbano. Una clara muestra de ello son los pasadizos de la Casa Bayle o la Casa de Cultura. También encontramos numerosos arcos como el del antiguo convento, el de la herrería o el que comunica la Calles Mayor y Pilar.

 

La Casa Consistorial en la Plaza Mayor también tiene configurada en su lonja dos arcos apuntados en piedra sillar, espacios en los que se incluye un llamativo zaguán y la cárcel. Al ayuntamiento se accede por un arco de medio punto.

 

La iglesia Parroquial de San Bartolomé en La Ginebrosa es digna de estudio porque en ella se pueden ver reflejados los dos estilos principales de formación, el gótico y el barroco. Por ello se puede decir que la iglesia se creó en el siglo XIV con un estilo gótico pero con transformaciones en el XVII mediante un estilo barroco.

 

También podemos visitar La ermita de Santa María Magdalena, de pequeñas dimensiones y situada en la zona de las Masadetas. No está cercana al núcleo urbano por lo que si queremos llegar hasta ella lo mejor es que nos busquemos un buen guía que acompañe en el camino.

 

Por otro lado lavaderos como el que podemos encontrar en La Ginebrosa se crearon al no contar con agua corriente en las casas y que las mujeres de aquella época, encargadas de hacer la colada, utilizaban para lavar la ropa. Estos lavaderos se situaban en las afueras de la localidad, aprovechando las estructuras de los árboles para colgar la ropa y para que también ésta respirase y se secase con mayor facilidad. En los lavaderos más antiguos las pilas estaban casi a ras de suelo por lo que las tareas se debían de practicar de rodillas. En el de La Ginebrosa se dan las dos circunstancias.

 

En La Ginebrosa existieron dos neveras, una de las cuales se ha recuperado y puede ser visitada. Ésta forma parte de la Ruta de las Bóvedas del Frío de la Comarca del Bajo Aragón. Esta nevera tuvo su principal actividad entre los siglos XVII y XIX, sin embargo se conoce que estuvo en funcionamiento hasta el primer tercio del siglo XX.

 

Las fiestas están dedicadas a Santa María Magdalena y San Bartolomé en el mes de agosto. También destaca la romería denominada la fiesta de las cerezas el último fin de semana de mayo o primero de junio.