Foz Calanda encuentra el origen de su nombre sobre dos principales teorías. La primera de ellas tiene que ver con la garganta o foz que se atraviesa para llegar al término municipal y la segunda que perteneció al alfoz, pequeñas aldeas y zonas rurales dependientes de las autoridades municipales de la villa, en este caso de Calanda.

Los primeros restos encontrados en la localidad se sitúan en la Cueva Moreno, perteneciente a la época del Bronce Medio. También se han encontrado numerosos hallazgos en los yacimientos íberos de El Olmo y Mas de Moreno. Ambos se integran en la Ruta de los Íberos en el Bajo Aragón y son espacios donde predomina los hornos cerámicos. Se sabe también que Foz Calanda, después de la reconquista, perteneció a la Orden de Calatrava.

El pueblo en su parte baja recibe las aguas del río Guadalopillo, que son salvadas como entrada a la localidad sobre un puente con cinco arcos rebajados y en cuya ribera se puede cobijar uno con buena sombra.

En el municipio nos encontramos con importantes obras arquitectónicas como la Iglesia Parroquial de San Juan Bautista de estilo barroco que data del siglo XVII. Su factura principal se realiza a base de mampostería aunque algunos elementos de la misma estén fabricados en piedra sillar. Está formada por tres naves de tres tamos con crucero no acusado en planta y cabecera plana.

En la Plaza de España nos recibe la Casa Consistorial en su planta baja con dos arcos que forman la antigua lonja. A su lado una fuente en honor al escultor Eleuterio Blasco y al final de la misma la pequeña ermita de San Roque, sustentada por dos pilares y resguardada por un portón de madera anexa a una casa.

Subiendo hasta la otra parte de la localidad nos toparemos con el horno alfarero, construcción del siglo XVIII o XIX que posee una planta circular, una puerta formada por un arco para su acceso y una gran cámara de combustión donde se procedía a cocer las piezas. De este tipo de patrimonio también destaca la antigua nevera o el pozo de nieve.

Ya fuera del núcleo poblacional podremos visitar la ermita de Santa Bárbara, a la que se accede tras un Vía Crucis natural, o la ermita de Nuestra Señora de las Nieves, construida en 1979 en sustitución de la otra ermita que se cubrió con las aguas del pantano tras su obra.

Las fiestas patronales de la localidad se fechan en el mes de agosto en honor a San Pablo y además, en ese mismo mes de verano aprovechando el calor, desde el año 2005 se celebra el Frutos Festival. Festival en el que se dan cita numerosos artistas de muy variados lugares mostrando sus habilidades escénicas, musicales y circenses. Este es un festival muy abierto y desenfadado y que atrae a numerosos visitantes.