Valderrobres, coronada por el incomparable conjunto del castillo y la iglesia, se erige como capital de la comarca del Matarraña. Construida a los pies del río Matarraña esta villa se levantó desde su orilla hasta a parte alta de la colina en la que se erigió el monumental castillo de Valderrobres, enfrentado al impresionante marco de los Puertos de Beceite.

El municipio destaca por el emblemático conjunto de castillo e iglesia que corona la localidad. Avistables a kilómetros del centro, ambos conforman la imagen más conocida de la comarca del Matarraña. Conectadas entre sí, ambas obras forman parte de la arquitectura gótica aragonesa impulsadas por el arzobispado de Zaragoza durante su asentamiento en la localidad. La iglesia de Santa María la Mayor repunta por su enorme portada definida por once arcos apuntados y coronada por un gran rosetón.  El castillo es, sin lugar a dudas, cobijo incansable de miles de turistas anuales.

Perfectamente delimitada en dos demarcaciones que se extienden a orillas del río conocidas popularmente como la ‘Vila’ al norte del río y el arrabal al sur, Valderrobres fue agrandando su núcleo urbano hasta alcanzar las dimensiones actuales. El casco antiguo, al que se accede a través del portal de San Roque, resalta por estar construido en piedra de sillar que engalana las calles estrechas y empedradas con antiguos accesos a la parte amurallada del municipio, como el todavía presente portal de Bergós, e imponentes fachadas señoriales. La más imponente se encuentra en la Plaza de España: el ayuntamiento de la localidad, que se levantó en el siglo XVI como símbolo del aumento del poder burgués en la localidad representado por el Arzobispado asentado en el castillo. “Paz, unión y libertad” son las palabras que representa el edificio desde 1847, cuando la fachada se decoró con una obra carlista, y están acompañadas por el escudo de la localidad. El edificio está representado desde el año 1929 en el Pueblo Español de Barcelona.

La localidad, portada incansable de anuncios turísticos de la zona, está catalogada como Bien de Interés cultural desde el 3 de junio de 1983 y como uno de los Pueblos Más Bonitos de España, ostentando el título desde 2013 y habiendo formado parte de varias campañas publicitarias de la conocida marca de bombones Ferrero Rocher.