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Torre de Arcas

Torre de Arcas_Recorrido

El desnivel de la población es uno de los elementos clave para su arquitectura, pues casas y edificios municipales se distribuyen en el terreno adaptándose perfectamente a las diferencias del relieve.

Uno de los edificios característicos de la localidad es su ayuntamiento. Aunque común con otros edificios de este carácter en la comarca, su lonja es algo peculiar. Este espacio ubicado en la planta inferior de la casa consistorial descansa sobre un único pilar de sillares y no se compone de los denotados arcos de medio punto que suelen caracterizar las construcciones de este tipo. Además, el edificio se encuentra en ángulo con la calle contigua. El edificio es muestra de las reformas que sufrieron estss construcciones durante el siglo XX. Aunque se construyó a principios del siglo XVII siguiendo la línea estilística de otros ayuntamientos, posteriormente se convirtió en un edificio moderno durante una reforma en la que se reconstruyó la primera planta del edificio y se sustituyeron las piedras de la fachada por ladrillos de caravista. La sencillez de este edificio podría vincularse directamente a que la población estuvo bajo el mando de la localidad vecina de Monroyo hasta 1791, cuando obtuvo el título de localidad independiente.

El edificio del ayuntamiento también alberga la antigua cárcel de Torre de Arcas, incluida en la Ruta de las Cárceles del Matarraña.

Desde el ayuntamiento siguiendo por la calle Mayor nos encontramos con el edificio señorial más bello de la localidad: la Casa Manolet Esta casa solariega perteneció a una familia terrateniente del municipio antes de que el señor de la casa enfermase y se arruinase. La propiedad fue pasando por manos de diferentes vecinos hasta que finalmente el Ayuntamiento decidió adquirirla y convertirla en el alojamiento turístico actual.

A pesar de su reciente restauración, la casa solariega todavía conserva restos de su primera edificación. Entre ellos está una hornacina que se dedicó a la Virgen del Carmen y los restos del azul añil que encalaba las paredes en la antigüedad como prevención de cualquier tipo de enfermedad.

Fuera del casco urbano, los elementos de interés no solo se centran en la ermita de San Bernardo. En la entrada a la población, se encuentra un puente de piedra medieval conservado a la perfección. Sus paredes formadas por piedras de sillar y mampostería forman una amplia bóveda de cañón que abre paso al barranco de agua que vierte en el río Bergantes en forma de arco apuntado. En su parte superior, la tabla es ligeramente apuntada con la calzada empedrada, lo que le otorga una gran singularidad y belleza. El puente se encuentra entre las construcciones hidráulicas destacadas de la comarca del Matarraña así como lo hace el lavadero municipal. En dirección a la ermita de San Bernardo se habilitó una gran balsa rectangular en dos zonas que servían a las mujeres, antiguamente las destinadas a esta labor, para lavar la ropa y los enseres de su hogar. En cada una de las divisiones se lavaban o aclaraban las prendas con su propio jabón. Los lavaderos eran uno de los lugares de reunión y tertulia en su época.

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