Nevera de Aguaviva

La nevera de Aguaviva está integrada en la ruta de las bóvedas del frío, que conforman un conjunto similar de construcciones cuya misión era almacenar hielo y nieve para su comercialización. La creación de dicha nevera no tiene una fecha reconocida pero se sabe que estas bóvedas del frío datan el siglo XVII, en el que su uso era fundamental para obtener un bien tan preciado y sencillo como la nieve y el hielo. Su uso terapéutico para la cura de diversos tipos de enfermedades, la necesidad para la conservación y el transporte de alimentos o su utilización en preparaciones alimentarias hacían de ella un bien preciado. La nieve era compactada en grandes capas separadas por mantos de paja lo que alargaba su conservación. La misma , posteriormente, tenía un uso comercial regulado por las normas del concejo.

En concreto la nevera de Aguaviva se sitúa a unos 350 metros de la localidad, con una capacidad de almacenaje de unos 60 m3. Con una forma cilíndrica, su construcción a partir de mampostería y sillería tosca se sitúa sobre una elevación del terreno para facilitar la acometida lateral y facilitar su acceso. Por la parte superior se vertía la nieve para quedar almacenada en su seno. Las proporciones de la nevera son cuatro metros de altura y 4,5 metros de base en su origen cubierta por una falsa bóveda de aproximación de hiladas. Fue reconstruida en el año 2008 coincidiendo con la restauración del conjunto de la nevera que se encontraba en un estado de abandono.