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Monroyo

Monroyo_Recorrido

El recorrido por el núcleo urbano de Monroyo nos conduce por una serie de recursos interesantes a ojos de cualquier visitante. La visita se puede iniciar en la parte baja de la localidad, concretamente bajo el acceso del portal de Santo Domingo, una de las antiguas puertas al recinto amurallado que cerraba el acceso a sus inmediaciones durante la Edad Media. El portal de Santo Domingo es el único de los cuatro portales que todavía hoy se mantiene en pie y a lo largo de los años ha pasado por varias funciones. Como muchas de estas construcciones en el Matarraña, los portales defensivos posteriormente adquirieron una función religiosa al ubicárseles una capilla religiosa en su parte superior. El portal que podemos observar a día de hoy data del siglo XVII aunque posteriormente en 1993 fue restaurado y reconstruido, a falta de la capilla que le otorga su nombre

Muy cerca de este portal, también al sur de la localidad nos encontramos con un rincón encantador. La Placeta Vieja es el lugar en el que confluyen hasta seis calles de la localidad produciendo una singular intersección ladera abajo y con formas curvas. Entre los caserones que engalanan la plaza, se encuentra el hostal, una casa palaciega que congrega los estilos góticos y renacentistas y que pudo pertenecer a una de las familias nobles de la población. Su nombre se debe a su posterior uso como hostal hasta mediados de 1960, cuando se convirtió en el cuartel de las tropas franquistas durante la Guerra Civil.  

La plaza de la iglesia, conocida popularmente como plaza Josa, es uno de los puntos de mayor interés arquitectónico de Monroyo. Ubicada a medio camino entre la parte baja y la parte alta de la población, su impresionante escalinata da acceso desde la puerta de la iglesia a la del ayuntamiento en la calle superior. Su nombre radica en una de las casas más importantes de Monroyo, perteneciente a la familia de los Josa y que se donó a la población antes de ser derruida a principios del siglo XX. Sus grandes dimensiones desembocaron en la construcción de esta plaza.

En este lugar, además de la iglesia y la gran escalinata de la calle Empedrada, encontramos otras casas señoriales como la casa de Les Xiques o la casa de Raimundo. Un gran muro, conocido como la Barbacana, la separa de la calle Gigantes que se ubica en la parte alta.

También de alto interés arquitectónico, aunque algo más alejado del núcleo urbano de Monroyo se encuentra el Pozo de la Vila al norte de la población. Una construcción hídrica que denota la importancia del abastecimiento a la población durante la antigüedad que se plasma en la presencia de este tipo de construcciones que salpican todo el territorio comarcal. Este pozo se utilizaba para el abastecimiento de boca y usos domésticos. La construcción, que se restauró en 1946, cuenta con una noria y dos caños metálicos en el exterior con forma de cabeza de pato. La estructura es de planta circular y está cubierta por una cúpula de piedra.

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