Templo del Pilar Calanda
La construcción del Templo del Pilar de Calanda está íntimamente ligada a lo que conocemos como el Milagro de Calanda. El 29 de marzo de 1640, Miguel Pellicer recuperó una pierna que le había sido amputada años antes en un accidente con un carro. Como consecuencia de este milagro, se construyó una ermita al lado de la casa de este joven en honor a la Virgen del Pilar y a San Miguel. La ermita sufrió varias ampliaciones, adjuntando en su interior la propia casa de Miguel Pellicer, ahora Capilla del Milagro, para, en el siglo XVIII, convertirse en lo que hoy se considera el Templo del Pilar. Accederemos al mismo por una escalinata que le confiere un aspecto más suntuoso, de estilo barroco, construida en mampostería y en ladrillo, salvo un zócalo de la fachada que está construido en sillería.
La fachada tiene una original composición con dos arcos, uno de los cuales atraviesa la calle más próxima. El otro funciona como entrada al templo.
El templo posee tres tamos más crucero, cabecera plana y capillas laterales. En la nave central vemos bóveda de medio cañón con lunetos, mientras que en los laterales habitan cúpulas así como en el crucero. En los brazos de este crucero se pueden comprobar motivos alusivos al Milagro de Calanda.
En la parte del Evangelio se sitúa la torre. Su primer cuerpo se integra en la misma fachada del templo, el segundo de planta cuadrada y el tercero con forma octogonal. Por su parte el retablo del Templo de Pilar es obra de los Hermanos Albareda.