Almazara de Jaganta
Jaganta guarda un auténtico tesoro en su antigua almazara del siglo XVII, que fue restaurada en 1995. Con su visita se puede observar cómo se procedía a la fabricación de aceite sin los medio actuales. Este molino aceitero preserva con gran autenticidad con toda la maquinaria y aperos originales de la época; una gran muela es el elemento central sobre el que se molían las aceitunas en su primera fase. La muela era accionada por los animales de la época mediante una montura enganchada a un eje y conseguían moverla girando en torno a la estructura. La maquinaria se conforma también por una tolva donde poner las olivas y la solera sobre las que definitivamente eran molidas.
Posteriormente las olivas eran prensadas por una gran viga de madera, soportada sobre una gran hendidura de piedra cuyo peso rondará los 3.000 kilos. y que funciona como contrapeso. Ésta se accionaba en el otro extremo a través de un gran tornillo de madera puesto en marcha por varios hombres, que sobre dos palos cruzados conseguían realizar la acción de prensado a base de fuerza. Una vez prensada la pasta de oliva se echaba agua caliente a los pies de la prensa, con el objetivo de que el aceite discurriese por las canaletas hasta las pilas, donde ambos líquidos se separaban por decantación. Para ello eran necesarios otros de los elementos imprescindibles del molino, la pila donde se almacenaba el aceite o el horno, lugar para escaldar la pasta conseguida de la aceituna.
Y es que el aceite del Bajo Aragón siempre ha sido uno de los mejores de todo la geografía española por su aspecto limpio, su indudable color característico de la variedad Empeltre y un sabor muy agradable en boca.