Un turismo muy concreto para los amantes de la naturaleza es el turismo ornitológico. El Bajo Aragón ha sido capaz de poner en valor esta práctica que consiste en la observación de especies. Un ejemplo es el observatorio de aves carroñeras acondicionado entre las poblaciones de Alcañiz y Torrecilla de Alcañiz. En este espacio podemos observar desde la altura un muladar, espacio donde arrojan especies muertas que son a la postre la atracción de estas aves que se alimentan a animales muertos. A él accedermos por un camino habilitado por la A-2407. Otro punto de encuentro para el avistamiento de aves son las conocidas como Las Saladas de Alcañiz. Las Saladas son unas lagunas endorreicas que están cubiertas por agua durante poco tiempo al año y como su nombre indica conservan gran cantidad de sal. En ellas podemos destacar no solo las aves esteparias que la visitan sino también especies vegetales muy amenazadas y que le dan gran valor al territorio. Muy cerca de las Saladas se encuentra la Estanca de Alcañiz donde también se pueden observas numerosas especies. Este es un lago artificial donde muchas aves aprovechan para hidratarse y encuentran un hábitat favorable en su peregrinaje.
En el Matarraña por su parte el Mas de Bunyol está en marcha una iniciativa privada donde se creó un observatorio de aves construido encima de un comedero de buitres e integrado en plena naturaleza. Esta actividad se convierte en toda una experiencia para el visitante de la mano de buitreman. Además el establecimiento ofrece alojamiento para pernoctar allí mismo y sesiones especializadas para fotógrafos e incluso una experiencia inmersiva en los refugios que posee. Todo ello con un excelente sonido ambiente y en absoluta seguridad.
Más información en https://www.masdebunyol.com/